Todos en alguna medida
sufrimos de estrés, el asunto es como lo manejamos para que no se convierta en
un factor negativo y el origen de un grave problema de salud ¿Pero que es el estrés?
Con esta popular palabra se designa un estado
en el que nos sentimos atrapados e incapaces de afrontar las dificultades
cotidianas. En términos médicos se llama ansiedad.
Esta ansiedad puede ser una herramienta
útil: cuando nos sentimos ansiosos antes de hacer algo o enfrentarnos a
determinada situación aumenta la adrenalina, pues nuestro organismo percibe que
debemos estar vigilante y rendir al máximo. Es el caso de los deportistas que
en ocasiones aprovechan la presión de manera positiva para conseguir sus
triunfos. Sin embargo las cosas nos siempre funcionan así y un atleta demasiado
nervioso puede entorpecer su actuación y llegar en último lugar.
Aprender a manejar puede ser
el primer paso para lograr una recuperación del mismo y alcanzar una sensación de
bienestar que seguramente se reflejara en todas las áreas del cuerpo. Esto toma
un tiempo lo importante es empezar a trabar en una dirección en la que se identifique
las fuentes negativa de estrés y tensión en nuestra agitada vida. De igual
forma es básico abrir espacio para nosotros mismos y apoyarnos en los demás y
en las actividades que nos reporten relajación y tranquilidad.
Son muchas las causas del estrés;
las más comunes se relacionan con los problemas familiares, laborales, económicos
o de salud. Sus manifestaciones cambian con las personas, pero suele ser
frecuentes el miedo antes el futuro, La agitación que obliga a estar siempre
alerta, el temblor y el cansancio. La actividad del sistema nervioso simpático
se manifiesta especialmente en el corazón y la circulación.
Comenzar por revisar que nos
produce ansiedad y agitación y que nos ayuda a relajarnos es una buena idea. Después
de todos nos vemos y sentimos mejor cuando el rostro no refleja ningún tipo de
tensión. En este análisis es posible que encontremos que se deben efectuar
cambios en el estilo de vida y proyectar nuevas metas.
Trabajar para lograr una
mejor resistencia al estrés también es importante; apóyese en otras personas si
lo necesita, utilice técnicas alternativas que le brinden tranquilidad, aprenda
a respirar, selecciones buenos alimentos y consúmalos, sin prisa ni angustia.
Todo esto es posible si nos
proponemos.No importa que tenga una larga jornada de trabajo, que cuente con poco
tiempo, que su temperamento sea propenso al estrés, muy sensible o
perfeccionista. Siempre hay ajustes que se pueden hacer si la meta es darle
batalla al estrés. Los siguientes son algunos de los métodos convencionales y
alternativos más utilizados; requieren tiempo y espacio para practicarlos y disciplina
o regularidad. En algunos de ellos es indispensable un instructor o profesional
en el tema para avanzar.
1.-Yoga: trabaja con tres
elementos básicos: las posturas o asnas, la meditación y la respiración.
2.-La meditación: Consiste en
concentrarse en una palabra o imagen elegida para tranquilizar la mente y
elevar la conciencia.
3.-El ejercicio físico:
Seleccionar un deporte o tipo de ejercicio ayuda a tratar el estrés y a pensar
con claridad. Las contracciones musculares hacen que se liberen endorfinas, lo
que nos brinda tranquilidad, nos relaja y mejora la calidad del sueño.
4.-Los masajes: Existen
diversos tipos que surten un efecto agradable y relajante. El automasaje, el
trabajo con aromaterapia y la reflexología son algunas de las alternativas.
5.-Acupuntura y digitopuntura: Son
terapias basadas en la idea de que la energía fluye a través de nuestro cuerpo
y que pueden desequilibrarse produciendo trastornos como el estrés. La primera
utiliza finas agujas que estimulan ciertas terminaciones nerviosas y corrigen
el flujo de energía. En la segunda se hace presión con los dedos en los puntos
de la acupuntura.
6.-Técnica de Alexander:
trabaja con la idea de que la postura y el movimiento corporal apropiado
contribuyen a revelar y a eliminar la tensión del cuerpo y la mente.
7.-La medicina natural: los
remedios a base de plantas aprovechan determinadas sustancias vegetales para
tratar sin químicos los distintos trastornos. Algunos de ellos poseen efectos
calmantes, sedantes, relajantes y tranquilizantes. A diferencia de esta
medicina, la homeopatía emplea, además plantas y minerales, algunos productos
naturales.
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