martes, 24 de enero de 2017

Alimentación y belleza

alimentacion_bellezaLa alimentación sana es uno de los aspectos más importante de la salud, la belleza, y el bienestar. La calidad, el número y el tipo de nutrientes que ingerimos diariamente se manifiestan de muchas maneras en nuestro cuerpo: la cantidad de energía, el equilibrio emocional, la concentración,  la salud interna y externa, el placer de degustar ciertos ingredientes… en fin un sinnúmero de elementos que confluyen en un concepto: Sentirse bien. Los alimentos que damos a nuestro cuerpo llegan al sistema digestivo y se transforman en sustancias valiosas que se trasladan, por medio del sistema circulatorio, a los rincones más remotos del organismo.


Algunos piensan que buena alimentación es sinónimo  de una dieta estricta cuando, en realidad, las cosas pueden ser más sencillas. El conocimiento de sí mismo, de las necesidades y condiciones personales (embarazo, lactancia, recuperación) y del modo de vida (activo o sedentario) nos da algunas pistas para encontrar un estilo alimenticio propio que nos satisfaga. Así por ejemplo, si llevamos una  vida activa, en la que el ejercicio físico  es parte del trabajo, el consumo de ciertos alimentos debe  ser mayor; que si tenemos una vida relajada y más bien sedentaria. De igual forma, si una mujer está embarazada debe saber que determinados nutrientes son básicos para el adecuado desarrollo del bebe y la salud de la futura madre.
Hay otro aspecto clave en la alimentación: el conocimientos de los grupos de alimentos, pues son los que nos permiten la realización de las funciones básicas del organismo.


1.-Los carbohidratos: brindan energía; si se preocupa por el ejercicio físico o atraviesa un periodo de estrés son muy buenos aliados. Entre ellos se encuentran los azucares y los almidones y abarcan una gran cantidad de alimentos que van desde la miel hasta la avena. Conviene preferir los no refinados (como el pan o el arroz integral) ante que los blancos o procesados. Se calcula que el 50% de los alimentos que componen una dieta sana deben ser carbohidratos.

2.-Las proteínas: llamadas ladrillos del cuerpo, son otra fuente de energía y clave para la construcción de nuevos tejidos y otras funciones importantes. Su correcto consumo se observa en el estado de la piel, el pelo, las uñas, entre otros. Las proteínas pueden ser de origen animal (carne de res, pescado, aves) o vegetal (lentejas, frijoles, garbanzos). Aunque los requerimientos de estos nutriente varían, podemos señalar que los hombres deben consumir una mayor cantidad (unos 55 gramos al día en promedio) que las mujeres (cuya porción se calcula de 45 gramos).

3.-Las grasas o lípidos: son fuentes de vitaminas y ácidos grasos esenciales. Intervienen en funciones como el crecimiento, la producción de algunas hormonas y la regulación del organismo en general. Los investigadores han clasificado las grasas en buenas y malas:
-Poliinsaturadas (esenciales): se encuentran en los alimentos como los llamados pescados azules, las sardinas, los aceites de nuez, girasol y maíz.
-Monoinsaturadas (beneficiosa): El aceite de oliva crudo, el aguacate la semillas y frutos frescos.
-Saturadas (perjudiciales): margarina y grasas sólidas para cocinar (manteca), productos cárnicos grasos (como el tocino o el beicon), el aceite de palma y de coco son algunos ejemplos.
-Trans (perjudiciales): se hallan en alimentos procesados como las margarinas, las galletas y los pasabocas industriales.



4.-Las vitaminas: son sustancias orgánicas importantes para el crecimiento, la salud el metabolismo y el bienestar físico. Se clasifican en dos grandes familias: Liposolubles (soluble solo en grasas) e hidrosolubles (soluble  en agua).


Liposolubles (A, D, E, K). Requieren disolventes orgánicos como grasa y aceites. Además de los aceite vegetales, son fuente de este tipo de vitaminas las semillas, el atún, el salmón, el yogur, los productos lácteos, la yema de huevos entre otros.

Hidrosolubles (C y el grupo B). El organismo no los almacena y por eso es necesario consumirlas diariamente. Las frutas y verduras frescas son dos importantes  fuentes, pero también  los cereales enteros, las leguminosas, los pescados, los mariscos, carnes y vísceras, los frutos secos, la yema de huevo, entre otros.

5.-Los minerales: son igualmente básicos, aunque es muy frecuente encontrarse con personas con carencias sobre todo de zinc, hierro y calcio. Los minerales provienen del suelo y llegan principalmente a nosotros a través de las plantas, de manera que si un suelo degradado escasean estos nutrientes, las plantas cultivadas en él tendrán bajo contenido de minerales. Están presentes en alimentos como productos lácteos, las hortalizas y semillas secas.

6.-La fibra: es un componente no asimilable por el organismo que se encuentra en los alimentos de origen vegetal, sobre todo en los cereales de grano enteros (también llamado integrales), las frutas y verduras frescas. A pesar de no ser un producto no vital (como las vitaminas, los minerales, los carbohidratos, las proteínas y las grasas), resulta básico para una correcta digestión y depuración del tejido conjuntivo. Un organismo con suficiente aporte de fibras tiene menos probabilidades de sufrir enfermedades intestinales.








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